Puede que al leer el título de este artículo lo primero que te llegue a la cabeza sea, soy yo quien le está contratando, mi diseñador es quien tiene que adaptarse a mi y no al revés. Y la realidad es que ambas partes deben estar en sintonía.

Mientras mejor sea la relación con tu diseñador, mejor será el resultado final de tu proyecto. El proceso de diseño debe ser fluido, aquí te comparto 9 puntos que debes considerar si quieres disfrutar el proceso de diseño y remodelación de tu espacio.

 1- Expresa tus gustos con respeto, la comunicación lo es todo. Si hay algo que quisieras agregar o quitar, dilo con tacto, el que no te guste o no entiendas por qué se ha propuesto algo no quiere decir que no esté bien. Solo no está bien para ti.

2- No hagas cambios de último minuto. Los cambios de último minuto pueden implicar tener que rehacer todo el proyecto e incurrir en costos adicionales no deseados.

 3- Entiende que el proceso creativo toma tiempo. No trates de apurar el proceso porque aunque algunas ideas surgen rápidamente, necesitan ser maduradas y tomar forma. A veces se puede salir con una idea brillante en tiempo récord, pero esta no es la regla.

4- Muestra las piezas de muebles y decoración que quisieras que se agreguen al diseño desde el inicio. No esperes hasta que el proyecto esté terminado, ni te pases todo el proceso yendo de compras o trayendo cosas nuevas, pues todo esto hará más lento el proceso de diseño y corres el riesgo de que lo que compres no encaje en la idea general del espacio. 

5- Define el presupuesto que tienes disponible y deja que tu diseñador trabaje sobre esa base. Una vez que te pongas de acuerdo con tu diseñador en el presupuesto que tienes disponible, dale la libertad de crear la mejor solución posible para tu espacio.

6- Haz preguntas. Cuando algo no te haga sentido pide a tu diseñador que te explique el por qué de esa decisión, no te quedes con dudas y mucho menos aceptes algo que no entiendes o no es de tu agrado. No hay preguntas tontas.

 7- No juzgues el resultado final por el proceso. Los seres humanos somos curiosos por naturaleza y a veces tenemos tantos deseos de saber como esta quedando nuestro espacio, que nos pasamos constantemente para verlo, pero el proceso de remodelación puede ser un poco desastroso y quien no está acostumbrado a vivirlo podría entender que todo va mal cuando en realidad no es así, un espacio debe estar completamente terminado para que todo encaje y cobre vida.

8- Toma unas vacaciones. Si tu proyecto implica obras, planifica para iniciarlo cuando estés fuera por vacaciones, así será más fácil de sobrellevar. Tener obras en casa mientras estás ahí puede ser abrumador. Otro factor a tomar en cuenta es la duración de dichos trabajos, no inicies hasta que no tengas todo a mano, de forma que el periodo de obra sea lo más corto posible.

9- Agrupa. Si hay varios trabajos de reforma que hacer, organízate para hacerlos todos al mismo tiempo, así tendrás todo el desastre una sola vez. Aparte de que por su naturaleza, hay trabajos que salen más costosos si se hacen en pequeña escala. Por ejemplo, no es lo mismo pintar todo el interior de una casa que pintar solo un baño, el costo por metro cuadrado de superficie será más costoso en el caso de que decidas hacer solo el baño.

Como en cualquier tipo de relación, cuando las cosas marchan bien, ambas partes se ven beneficiadas y por el contrario, si las cosas van mal, ambas partes pierden. La transformación de un espacio es un evento maravilloso, como cuando la oruga se convierte en mariposa, si quieres presenciarlo hazlo con mente abierta y si piensas que te será difícil, te recomiendo unirte en la etapa final, durante el proceso de estilismo, para ese punto todo se verá diferente y será muy emocionante para ti poder ayudar a dar los toques finales.

Por favor déjame saber en los comentarios si has trabajado alguna vez con algún diseñador de interiores y como ha sido tu experiencia. ¡Tengo muchísima curiosidad!

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